El conocimiento teórico y técnico sobre los Trastornos del Espectro del Autismo, en profesionales y padres, nunca debe estar por encima del conocimiento sobre la persona, sobre el niño o niña que es.
La necesidad de los adultos de ver sus avances, de ir cumpliendo objetivos en la intervención, debe ser respetuoso y equilibrado con respecto a sus intereses, a su estilo y ritmo de aprendizaje y a su forma de comprender las interacciones sociales y el juego. Esto tiene especial relevancia cuando queremos mejorar su conocimiento y comprensión sobre las interacciones sociales.
No podemos imponer juegos, no podemos imponer juguetes.
La observación de sus pautas de juego, la observación de hacia dónde dirigen su atención, la observación de los juguetes que le interesan, son nuestras estrategias iniciales para poder ser sus compañeros de juego. La intromisión repentina y rápida o el imponer nuestras “reglas del juego”, son nuestros enemigos. Como aliados tenemos la contraimitación, la creación de rutinas de juego para que el niño/a comprenda qué papel tiene él y qué papel tiene el adulto. Partir de sus propios esquemas de juego e intereses y, sobre todo, compartir emociones positivas, creando situaciones lúdicas libre de estrés y de órdenes .